En una jornada dividida en dos ejes fundantes y dirigida a adultos mayores de entre 50 y 65 años, se abordó, en una primera instancia, los aspectos y características técnicas y de coordinación de los ritmos de baile propuestos.
Seguidamente, las participantes realizaron ejercicios de resistencia muscular, tonicidad y recupero de fuerza. Concluyendo con el taller de defensa personal, se intervino con ejercicios de elongación, movilidad articular y respiración profunda.
Es importante destacar que las actividades físicas fueron guiadas por profesionales y especialistas que supieron cuidar al participante en los ejercicios pertinentes.
La actividad física se reduce con la edad y constituye un indicador de salud. su efectos son el repertorio motor, junto a la lentitud de los reflejos y descenso del tono muscular en reposo, entre otros factores, provocan falta de coordinación y torpeza motriz. La inmovilidad e inactividad es el mejor agravante del envejecimiento y la incapacidad de tal forma que, lo que deja de realizarse, fruto del envejecimiento.
El ejercicio físico tiene una incidencia específica sobre los sistemas que acusan la involución retrasando la misma de forma considerable, previniendo enfermedades y contribuyendo a mantener la independencia motora y sus beneficios sociales, afectivos y económicos.
En efecto, la motivación está relacionada con el impulso, porque éste provee eficacia al esfuerzo colectivo orientado a conseguir sus objetivos, y empuja al individuo a la búsqueda continua de mejores situaciones a fin de realizarse profesional y personalmente, integrándolo así en la comunidad donde su acción cobra significado.
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