Desde el 25 de Noviembre en las unidades de colectivos del transporte urbano de pasajeros de Salta; se exhiben afiches que apelan a la construcción de una nueva masculinidad, llamando a “los hombres” a sumarse a la lucha por la erradicación de la violencia contra las mujeres.
La campaña de afiches nació como una iniciativa de la Asociación Dr. Miguel Ragone junto a la Comisión de la Mujer de la Universidad Nacional de Salta; intenta reflejar en la mirada de un hombre salteño de mediana edad, la necesaria apuesta a la construcción de una sociedad donde las relaciones humanas no estén signadas por la violencia.
Para lograr este objetivo, ambas organizaciones coinciden en que el primer paso en este camino es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc., es decir una concientización de la responsabilidad que a cada uno le compete.
La consideración de la violencia contra las mujeres, en muchos espacios sociales por cuestiones culturales , todavía es considerada parte del orden natural de las cosas.
Para terminar con una tradición que no reconoce la autonomía a la mitad de los seres humanos y terminar con los graves delitos relacionados con el sexismo, tanto la Asociación Dr. Miguel Ragone como la Comisión de la Mujer, consideran que la reflexión y la prevención es un paso fundamental.
Que muchos de los asesinatos de mujeres sean realizados por hombres que no aceptan la ruptura de la pareja es significativo. “La maté porque era mía”, concepción subyacente a estos crímenes, es una de las expresiones más trágicas del orden patriarcal o sistema estratificado de género.
A QUÉ NOS REFERIMOS COMO PATRIARCADO?
Entendemos PATRIARCADO como una estructura o una forma de organización social que entraña un reconocimiento histórico de poder y autoridad masculinos, en materia económica y política fundamentalmente (aunque también en lo personal y lo ideológico). Esta estructura está basada en una supremacía de índole biológica, y se sustenta a través de un esquema de relaciones asimétricas en el cual los varones ejercen el poder frente al sometimiento de las mujeres como un sistema de organización social en el que los puestos clave de poder (político, económico, religioso y militar) se encuentran, exclusiva o mayoritariamente, en manos de varones. Ateniéndose a esta caracterización, se ha concluido que todas las sociedades humanas conocidas, del pasado y del presente, son patriarcales. Se trata de una organización histórica de gran antigüedad que llega hasta nuestros días. Esta “ supremacía” de los varones -en el ámbito familiar- se traduce en una violencia hacia la mujer en el orden psicológico, económico, física, social y sexual.
Las relaciones vinculadas a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, permiten que se perpetúen la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer. Constituye un atentado contra el derecho a la vida, a la seguridad, a la dignidad y a la integridad física y psíquica de las mujeres.
Desde la Asociación Dr. Miguel Ragone Por la Verdad, la Memoria y la Justicia, consideramos que la violencia de género no constituye un episodio específico y aislado, sino que es un problema estructural, cuyas causas, consecuencias y repercusiones atañen a la sociedad en su conjunto, por ello estimula, apoya y organiza actividades que promuevan su erradicación. Por una nueva masculinidad que no implique el maltrato hacia las mujeres sino la igualdad y el respeto por los derechos de ambos.
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