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De la introducción a la obra, por los autores:
HÁGASE TU VOLUNTAD AQUÍ EN TU TIERRA
Quiero vivir eternamente con Perón y con mi pueblo. Esta es mi voluntad absoluta y permanente y es, por tanto, mi última voluntad.
Eva Perón.
...'Uno de los actos más monstruosos de la dictadura militar de 1955 fue el secuestro del cadáver de Eva Perón para hacerlo desaparecer. Pensaron que así podrían terminar con ella para siempre. Sin embargo, para su asombro y desesperación, esa mujer no se corrompía pero corrompía el régimen. Evita permaneció viva en los altares de millones de hogares que no estaban dispuestos a olvidar su gigantesca obra de justicia social, su lucha permanente contra la oligarquía y las poderosas minorías económicas que conspiraban contra el gobierno popular que los había dignificado y contra los dirigentes claudicantes de su propio movimiento. Y, también, permaneció en el corazón de Juan domingo Perón, el hombre al que amó apasionadamente, desde aquel, su 'fía maravilloso', como ella lo definió, cuando lo conoció en 1944. Así lo confesó emocionado el viejo general, cuando recibió en su exilio español el cuerpo ultrajado de su chinita, después de dieciséis años de peregrinaje. Cuando el brigadier Rojas Silveyra, designado por el gobierno militar de entonces para le devolución del cuerpo de Evita en Puerta de hierro, vio llorar al líder del peronismo, y le preguntó sorprendido si realmente había querido tanto a esa mujer. Perón le contestó: 'Mire, yo he sido con esta mujer mucho más feliz de lo que todo el mundo cree'.